2ª parte:
Para entender esta publicación antes debes
leer el artículo anterior publicado en mi blog. Me he basado en documentales de
la National Geography y otros, legalizados en su difusión, que revelan datos
sorprendentes sobre el estado actual de la Tierra.
Ya os conté al principio de mi blog sobre lo
difícil que fueron mis primeros años, en realidad hasta los veintitantos más o
menos cuando me puse a investigar sobre la realidad de esta vida.
Entonces comprendí que ésta no es más que una
escuela de aprendizaje, donde vamos enfrentándonos con situaciones cíclicas,
hasta que las resolvemos y así evolucionamos. Que para despertar de este sueño
de separación en el que vive el hombre, separación de Dios o Inteligencia que
nos creó, sólo lo haremos cuando vivamos de acuerdo con los principios de sus
leyes: Unidad, Multiplicidad y Energía.
La unidad que nos hace hermanos al provenir
de una misma esencia, la diversidad presente en todos y cada uno de nosotros y
la energía, a través de la cual atraemos hacia nosotros lo mismo que damos.
Este universo lleva millones de años
existiendo sin la participación del hombre, último de los seres vivos en
aparecer en escena. Llegó el hombre y arrasamos con el planeta, nuestro hogar.
No son pensamientos catastrofistas, es una realidad palpable, basta con atender
a las noticias.
El problema del hombre es su ego, esa imagen
distorsionada de nosotros mismos, que nos hace buscar pero nunca encontrar, que
nos lleva a vernos separados los unos de los otros, que nos hace desconfiar del
prójimo, que nos insta a hacernos los importantes contándole a todo el mundo lo
grandes que somos, cuando en realidad nos sentimos amenazados y vulnerables. Es
el egoísmo del ser humano el que nos ha hecho perder de vista las maravillas de
esta vida para en su lugar ver qué provecho podemos sacar de ellas. Y mientras
sigamos así, estamos destinados a sufrir…
Sé que hasta el día que no deje de juzgar a
mis hermanos no me liberaré y tampoco lo haré del todo mientras uno de ellos
sienta carencias. Sé que nos queda un largo camino por delante y que de todos
depende la salvación del mundo y el retorno a Dios y al paraíso perdido.
No quiero dejaros con la sensación de
amargura o resentimiento, yo creo haberme perdonado y haberme reconciliado en
cierto modo con este mundo. Soy feliz en la naturaleza, con mi familia, con los
animales, viendo películas, paseando con mi pareja... soy feliz cuando hago lo
que tengo que hacer y cuando doy a los demás amor y buen rollo, he aprendido a
aceptar lo que me ponga la vida en el camino aunque a veces me siga quejando.
Pero del mismo modo me afectan demasiado las injusticias y el dolor que percibo
alrededor y por ello quizás elegí este camino, porque creo firmemente que cada
uno tiene su misión y que la felicidad se encuentra en hacer que las cosas
mejoren y este es mi grano de arena para que así sea…
Nada más por ahora…tengo tanto que decir que
no me bastan las palabras… de momento sólo esto… un abrazo.
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