lunes, 28 de diciembre de 2015



MANUEL, CABALLERO CAMINANTE, PEREGRINO PENITENTE


Desde la ventana de mi despacho, veo llegar a los peregrinos del Camino de Santiago, que se dirigen al albergue que ocupa uno de los edificios que integran el complejo donde trabajo. En una de sus áreas, la de la Residencia y Centro Ocupacional "Doña Cinia", desde mi ventana, tengo una panorámica perfecta y cercana de todo el albergue.

Hay mañanas en las que al llegar, te encuentras caballos atados en el jardín, burros, perros, tiendas de campaña y peregrinos que entran y salen del albergue desde y hacia el Camino, buscando algún tipo de redención. Esto sucede entre los meses de Abril y Octubre y la verdad que le da mucha vida al lugar y en parte a nuestros residentes, que se distraen observándoles y muchas veces intercambiando alguna que otra conversación.

He conocido a gente realmente interesante, como a Ginés, que después de jubilarse cumplió su sueño de realizar el camino del Apóstol Santiago, con Marina su burra y Scotty su perra, sus fieles compañeras. Fue fotografiado millones de veces y hasta salió en un canal de televisión vasco cuando regresó después de meses, de su gran hazaña a su pueblecillo, Artziniega, 1.300 km. de recorrido, que gran tipo. Fue terrible saber que en su camino de regreso, Scotty fue atropellada y murió. Muy doloroso aunque recibió muchísimo apoyo, le animaban desde las redes sociales, sus amigos acudieron al camino a verle, fue recibido con un homenaje a la entrada de su pueblo. Scotty vivió una gran vida y murió heroicamente, acompañando a su amo en tan loable misión. Ginés llegó a Santiago y entró a la Catedral por la puerta grande, con Marina y Scotty sobre su lomo.



Pero de quien quiero hablar y a quien le dedico este post, es a Manuel, caballero caminante, peregrino penitente, porque se lo prometí, antes de que partiera del albergue a fines de verano. Su intención era llegar para las elecciones presidenciales a Santiago y convocar allí a todos los manifestantes posibles que quisieran realmente un cambio en este país, en el Camino y que el Pápa se animara a venir y les diese su bendición. Ay Manuel, muchos dirán que estás loco pero para mí eres un Quijote que en vez de a Sancho Panza, tienes por compañero a Curro, el perro que pasaba atado y que tú adoptaste, ya sólo eso me acercó a ti y cuando me diste tus cuadernos, llenos de faltas de ortografía pero también de coraje y rebeldía, o la poesía que me escribiste cuando observabas mis movimientos con los chicos, ay Manuel, que ojalá logres algunos de tus sueños pues yo creo que de sueños se hace la realidad.






En las semanas que pasaste en el albergue fabricaste una gran cruz que no había quien pudiera con ella, menos tú, que con una hernia estomacal bien apretada con un pañuelo alrededor de tu cintura, la conseguiste levantar del suelo y hacerla andar, tirada por ti y por Currito, que atado a ti, aprendía a andar con correa, sujeta a un paisano que cargaba una cruz de por lo menos 5 metros. Estuviste armando las pancartas, tardaste días en salir del pueblo, se te deshizo la cruz, un temporal te rompió la tienda y tuviste que refugiarte entre matorrales y Curro. Ganas tenía ya de que pasases mi pueblo para dejar de tener el corazón en vilo, ay Manuel, yo ya no sé qué pensar sobre quién es cuerdo y quién es loco en esta vida, pero no dejo de admirar a la gente que como tú, persigue su sueño y vive la vida como una aventura, sin miedo.



Te imagino ya camino del Vaticano pues ya fueron las elecciones, el Pápa no vino y como dijiste, si él no viene iré yo, con Curro, buen viaje a Italia y siento mucho que no ganara el partido que querías, aunque aún no sabemos quién nos gobernará y como tú, nos encontramos a la deriva, pero no dudo de que existe un rumbo, la intención de un destino y que toda lucha ha de tener su recompensa, aquí, lo dudo, o allá donde tengamos que ir.

Un abrazo amigo Manuel, caballero caminante, peregrino penitente. Te deseo lo mejor.