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Cap. 5: CURACIÓN Y PLENITUD
Curar es hacer feliz. Para poder actuar de todo corazón tienes que ser feliz. Miedo y amor no pueden coexistir. El único estado de plenitud posible es el del amor. Curar o hacer feliz es lo mismo que integrar y unificar. Todo pensamiento benévolo que cualquiera de tus hermanos abrigue en cualquier parte del mundo te bendice y viceversa.
La invitación al Espíritu Santo: La curación es un pensamiento por
medio del cual dos mentes perciben su unidad y se regocijan. Sólo la mente sana
puede experimentar la revelación, una experiencia de pura dicha. Para el
espíritu, obtener no significa nada, dar lo es todo, si compartes una idea y
alguien la acepta como suya, eso la refuerza en tu mente y la expande. El
espíritu santo es la mente de Cristo, su voz es la llamada a la expiación, la
restitución de la integridad de la mente. Cuando la expiación se complete y la
filiación sane, dejará de haber una llamada a retornar. Cap. 5: CURACIÓN Y PLENITUD
Curar es hacer feliz. Para poder actuar de todo corazón tienes que ser feliz. Miedo y amor no pueden coexistir. El único estado de plenitud posible es el del amor. Curar o hacer feliz es lo mismo que integrar y unificar. Todo pensamiento benévolo que cualquiera de tus hermanos abrigue en cualquier parte del mundo te bendice y viceversa.
La Voz que habla por Dios: Curar es reparar, no crear. El Espíritu Santo es la respuesta de Dios a la separación, el medio a través del cual la Expiación cura hasta que la mente en su totalidad se reincorpore al proceso de creación. Cuando el ego fue engendrado, Dios puso la llamada al júbilo en tu mente. Puedes elegir entre dos voces, la de Dios y la que tú investaste, del ego. Tú eres el Reino de los Cielos pero permitiste que la creencia en la oscuridad se infiltrase en tu mente y ante el Espíritu Santo la disociación desaparece. Dios no guía pues entrañaría evaluación, sólo comparte su conocimiento. Cuando decidiste abandonarlo te dio esa Voz, que habla por él. Has elegido vivir en un mundo de oposiciones. Si prestas oídos a lo que no debes es como si perdieras tu alma, pero ésta sigue ahí. La decisión en sí es la de compartir. El descanso no se deriva de dormir sino de despertar. Cuando te sientes tentado por la voz falsa, recurre a mí para que te recuerde cómo sanar compartiendo mi decisión, haciéndola así aún más firme para atraer al resto. Lo que juntos podemos lograr es ilimitado, a medida que respondes al Espíritu Santo en ti.